Arte: El Mar de Fondo de Marina Curci

IR… ¿lo ves?, ese ondular es “el mar de fondo”, es un movimiento de otros movimientos más profundos.
Rescato palabras con el mediomundo del pensar, palabras que contengan el compulsivo devenir de imágenes que brotan cuando busco como decir con la palabra, un algo de lo que pinto.


El pintar y dibujar en mi hacer está directamente relacionado con el afuera y con las experiencias vividas en los espacios. Sea recorriendo con la mirada una flor en medio de una estepa, o la inmensidad del agua en el océano. Los espacios se tejen dentro de unx, todo espacio en principio es inabarcable, hasta que de repente, si lo comenzamos a andar, con todo el cuerpo, comienza a conformarse una medida en el imaginario, empieza a tener parámetros que no se miden por metros, sino por días, colores, distancias, encuentros, plantas, animales, hielo…


Con el tiempo descubrí, que, aparte de centrarme en el mundo vegetal como elemento que nuclea mi hacer, otro de mis temas es: el desplazamiento. El desplazamiento sea sobre una superficie de papel al pintar, el mirar una flor y viajar en los milímetros de su espacio, o moverme hacia otros territorios. Todo se mueve todo el tiempo.


Pensando en esta muestra, que reúne obras que no mostré nunca en vivo, que son de distintos tiempos, que son el conjunto de acuarelas que realice antes de comenzar a trabajar con los tintes naturales, armando en mi taller un laboratorio vegetal para hacer acuarelas, carbonillas y tintas con flores, principalmente de Lanús, sumando plantas que voy cosechando en cada viaje, el desplazamiento el movimiento, la transformación son constantes en mi hacer para pintar.


En estas acuarelas se superpone todo, a veces se ve un poco más despejado, otras, es una nube cargada. Así pensando en el universo que las surca, recordé un momento del viaje en Antártida. Estaba en el océano antártico, nos rodeaban 360º de agua, era un día que el mar estaba de color gris, un poco gris azul, pero poco, era más gris peltre, estaba el cielo cubierto, pero luminoso, el océano estaba relativamente calmo, había un viento que marcaba un oleaje copioso, de pequeñas olas continuas, estaba en el puente de comando del Rompehielos Almirante Irizar, pintando y observando esa inmensa masa de
agua que conforma el planeta, en ese momento, sentí la fuerza del elemento y la fuerza de la gravedad para sostener las partes de la tierra donde están, mientras pintaba, de repente, el comandante se acercó, y comenzó a describir las olas, estaban las olitas y había otro ondular más amplio, uno que movía en una ola más grande a todas las olitas, se marcaba como en línea, él me dijo – ¿lo ves?, en ese instante vi ese otro ondular, y diversas olas, – ese ondular es “el mar de fondo”, ese ondular es el movimiento de las mareas, es un movimiento de otros movimientos más profundos.


Cuando pensaba en que palabras podían resumir algo de lo que es este conjunto de trabajos, vino esa imagen, ese instante, donde estaba sobre una inmensidad insondable, un espacio que no podemos recorrer, y que no conoceremos nunca, pero lo podemos imaginar, sentir, vivenciar desde otras superficies. Vino ese momento, que no sabía si podría volver a tener, ese instante donde vi y sentí con todo el ser, el océano, la tierra, todo lo que estaba ahí y lo que está en otros lugares, pensé en los bosques, en las flores, en todo lo que hay frente a nosotros y no vemos, sea que tengamos uno o muchos
elementos, ese día vi la señal de un algo inabarcable, pero que se manifiesta en cada elemento del mundo. Toda esta vivencia me quedo grabada en el centro del ser, y emite sonares desde aquel día, desde ese mar de fondo que está siempre.
La pintura son las olitas que se adentran en el mar de fondo de todos los sentidos, en el mar de fondo de cada uno que mira.
Pintar y decir están en dimensiones diferentes, se saben, pero no están directamente conectadas.

Estas son unas breves notas que cuentan un poco el sentir de este conjunto de pinturas, dibujos y textiles.

Marina Curci, 2023

Recomendación de Editora:

La muestra de Marina cuenta con más de 20 obras, una más linda y convocante que la otra, un recorrido a través del tiempo y de la evolución de su trabajo centrado en la naturaleza. Imperdible!

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