Les comparto un brevísimo resumen de lo mucho para ver durante el mes de Agosto en nuestra querida Buenos Aires.
Que sea un mes lleno de Buena Vida!
Gyula Kosice
Intergaláctico
05/07/2024 – 04/11/2024
MALBA | Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires
Av. Figueroa Alcorta 3415
En el año del centenario del nacimiento del visionario artista argentino Gyula Kosice (n. Ferdinand Fallik; Košice, Checoslovaquia, 1924 − Buenos Aires, 2016), Malba presenta una exposición monográfica dedicada a su obra, con el propósito de destacar su rol pionero y reposicionarlo en el contexto internacional del arte de posguerra. Curada por Mari Carmen Ramírez y María Amalia García, la muestra reúne más de 80 obras producidas entre 1950 y 1980, destacando en el perfil experimental de su obra especialmente en sus esculturas de plástico, relieves cinéticos y gotas de agua, la mayoría con luces y activadas por aireadores y motores–, donde el movimiento es una constante fundamental. Presenta además, por primera vez en Buenos Aires, La ciudad hidroespacial, obra abierta y procesual cuyo conjunto más representativo, que será expuesto en Malba, forma parte de la colección del Museum of Fine Arts, Houston (MFAH) desde 2009. Esta instalación condensa años de búsquedas materiales y teóricas, y expresa los deseos de Kosice, quien, ya desde la década del 40, imaginaba a la humanidad asentada en algún lugar más allá de la Tierra. Explica Mari Carmen Ramírez: “La ciudad hidroespacial es en principio y fundamentalmente un trabajo escultórico que evoluciona hacia un esbozo arquitectónico. Cada uno de los hábitats curvos y semiesféricos de plexiglás representa una tentativa de palpar, expandiéndola, la noción de ‘espacio’ que es transparente, maleable, dinámica y, en cierta medida, dimensional. Los habitáculos no son solo maquetas de lugares para vivir; al contrario, incorporan en ellos un manejo plástico-pictórico del plexiglás, el cual, en esencia, es escultórico (…) Kosice tuvo plena conciencia de que ‘lo escultórico’ era solo un paso en dirección hacia el pleno logro de su meta: valerse del arte para forjar un nuevo modo de organización social. Para alcanzar tal objetivo, ‘lo escultórico’ debía anularse a sí mismo».
Artista experimental, escultor, poeta y teórico, Kosice es uno de los creadores más conocidos de la Argentina. Cofundador de los grupos de arte constructivo rioplatenses Arturo (1944) y Madí (1946), fue también una figura destacada de la vanguardia internacional posterior a 1945. Dice María Amalia García: “ Su producción pionera introdujo originales propuestas artísticas, como la escultura mó vil e interactiva, representada por la emblemática pieza Rö yi (1945), y exploró gran diversidad de materiales, muchos de ellos novedosos. Su investigación en torno del movimiento se remonta a Madí: el grupo ya experimentaba con los móviles, el uso de motores y la acción del espectador sobre la obra, poniendo en crisis las categorías de escultura y espectador. Al igual que otros artistas de su generación, utilizó la luz, el plástico y el movimiento, y a fines de los años 50 fue de los primeros artistas que incorporó el agua en sus obras.” Coproducida por Malba y el MFAH, esta exposición reafirma el estrecho vínculo desarrollado entre ambas instituciones a lo largo de varios años para difundir los excepcionales aportes de grandes artistas latinoamericanos. Itinerancias: Entre abril y septiembre de 2025, la muestra se presentará en el Pérez Art Museum Miami (PAMM); y entre octubre de 2025 y enero de 2026 en el Museum of Fine Arts de Houston (MFAH).
La muestra se podrá visitar desde el 05 de julio hasta el 04 de noviembre en Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415, CABA, de jueves a lunes de 12:00 a 20:00.
John Baldessari
El fin de la línea
17/07/2024 – 18/11/2024
MALBA | Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires
Av. Figueroa Alcorta 3415
Malba presenta John Baldessari: El fin de la línea, la primera exposición panorámica en Sudamérica dedicada al gran pionero del arte conceptual. La exhibición reúne 45 obras, entre pinturas, fotografías e instalaciones, pertenecientes al acervo de Craig Robins, uno de los coleccionistas más importantes de la obra de Baldessari, quien fue además su amigo, promotor e interlocutor cercano. La exposición repasa cincuenta años de la producción del artista y ofrece una lectura en cuatro grupos temáticos organizados por Karen Grimson, curadora de la Colección Craig Robins. El proyecto destaca las obras fundacionales del conceptualista norteamericano en las décadas de 1960 y 1970; el gesto ensordecedor de la incineración de su propia obra; su abordaje serial, casi compulsivo, de la fotografía; y su constante exploración del vínculo entre imagen y lenguaje, y entre el mundo del texto y el de las ideas. John Baldessari (Estados Unidos, 1931-2020) inició su carrera artística en el ámbito de la pintura, y desde mediados de 1960 comenzó a incorporar textos y fotografías en sus lienzos, cuestionando los límites de la pintura, y la noción autoral de la obra de arte. A partir de 1970, luego de incinerar sus pinturas realizadas entre 1953 y 1966, comienza a trabajar en cine, video, instalación, y continúa desarrollando su práctica fotográfica, en obras que exploran el carácter narrativo de las imágenes en combinación con el potencial asociativo del lenguaje. Baldessari es reconocido por la enorme influencia ejercida sobre generaciones de artistas a través de las décadas de enseñanza impartidas en el California Institute of the Arts y en la Universidad de California, Los Ángeles. En agosto de 1974, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) organizó la primera exposición de Baldessari en Argentina, presentando el libro de artista Throwing Three Balls in the Air to Get a Straight Line (Best of Thirty-Six Attempts). Cincuenta años más tarde, la presentación de la Colección Craig Robins en Malba ofrece una perspectiva integra del desarrollo del artista, incorporando las imágenes originales de aquel libro en el contexto más amplio de su trayectoria excepcional.
La muestra se podrá visitar desde el 17 de julio hasta el 18 de noviembre en Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415, CABA, de jueves a lunes de 12:00 a 20:00.
Marcia Schvartz
Soy otras
06/07/2024 – 14/09/2024
W galería
Defensa 1369,
Buenos Aires
La figuración de Marcia desborda lo fenoménico: excava en ella un abismo, siempre vertiginoso, desde el furor, la empatía, el dolor o el sarcasmo; consciente del pasado común y del largo presente de fractura. En los años ochenta, encontró en el retrato la defensa de la pintura como acción material e ideológica que permitiese dar cuenta de la relación sensible con el otro. El retrato, entonces, se consolidó como práctica en la Barcelona del exilio, mitigación de la figuración exacerbada de su obra previa, con la presencia del dominio nuevo del color y la soledad propia en el ensimismamiento del retratado. En los años del retorno buscó en el retrato de los afectos y del barrio la recuperación del territorio perdido en la violencia y la derrota. También en la performance teatral de la nueva sociabilidad festiva de los ochenta, de la que es ejemplar Reina del Bambo. Retratos presentados sólidamente en espacios pictóricos de fragilidad, como en el retrato de El Barba, trabajador del Parakultural. A comienzos de los noventa, surge otra Marcia, la que afirma su obra en el americanismo; extensión de la indagación de los viajes por los ríos hasta la selva, de la vivencia de las sierras, del saber adquirido en el norte argentino. Adquirió una sensibilidad nueva que persistirá como sustrato en su obra desplegada en diversas técnicas. Las figuras se afirman en la síntesis con la naturaleza, en la persistencia inconsciente del mito, en una disolución del yo. Al retornar a los retratos -el trabajo con modelo como hábito que construye al artista- llevan la marca familiar de la migración en la vida de barrio, de suburbio. Una obra clave en este pasaje entre americanismo y la figura-retrato es La puerta, venus criolla del 2013. Marcia construye una decisión artística local, sin asumir un regionalismo –que implica diseñar un programa estético y buscar compañeros de ruta– sino una posición vitalista del hacer, en la relevancia compositiva y el valor pictórico que ofrece al espectador la experiencia sensible de la observación. La pintura como analítica corporal de las emociones.
La fuerza del detalle en la pintura de Marcia permite al espectador -siempre interpelado por la mirada de la figura- la posibilidad de la comprensión de la realidad del sujeto: incluso los títulos subrayan esa función del detalle, como en La lista (Anita), 2015, y La risa, 2023. La presencia empoderada de Karina de Alejandro Korn, 2023 -su nombre grafitado en el fondo- deja afluir la estética popular que se radicaliza en la más reciente Murga para resistir, donde el fondo actúa como memoria militante en los grabados de la retratada Victoria Abella, que quiebra el marco tradicional para expandirse en el barroquismo negador del vacío: el arte no permite los silencios. Así, los fondos de las figuras, a veces neutros, en otros casos son el espacio del atributo: voz del retratado en deuda con el pasado o con los sueños presentes. En el relieve Estro, 2011, se autorretrata con el manchado delantal de trabajo para avanzar desde los restos de los pigmentos, mientras levanta las máscaras de las múltiples Marcias. Una alegoría contemporánea de la pintura.
Otros retratos, de fines de la década pasada, se realizan desde la línea, las figuras en tamaño natural recortadas sobre el fondo de lino de la tela. Aquí, otra Marcia. Aquella que busca la síntesis, que se detiene en la fisonomía del rostro como si en ellos se encontrase la verdad. Retratos psicológicos, con uso limitado del color aunque central para el volumen de los cuerpos. Nada refiere al espacio donde se encuentran. Son simplemente ellos; en su frontalidad parecen venir a nuestro encuentro desde el vacío, con expresión de orgullo. Marcia logra el tránsito de la observación de las figuras del barrio y de los márgenes a retratos de territorialidad, es decir, a sujetos que portan su identidad social y cultural como modo de enfrentamiento. La fuerza de estas imágenes reside en el logro artístico de ser, simultáneamente, retratos psicológicos del carácter de los individuos y de poder ser comprendidas como expresión social, es decir, como sujetos políticos, la percepción del ser en su actualidad. En una de sus últimas obras, Invasor, retrato de su asistente Fernando, las telas reales funcionan como un cortinado teatral, recurso barroco, corrido para observar la representación. Esta teatralidad es dominante en los ensamblajes, “pinturas-instalación” o “cajas”, como las denomina Marcia, realizadas con cartón y objetos de todo tipo, que obliga a la mirada distante y a la extrema cercanía para reconocerlos. Las obras aparentan establecerse desde la suma de objetos reales en el mismo nivel de sofisticación cultural que representan. Sin embargo, esta es una operación de gran sutileza donde la pintura, lo representado, se integra perfectamente a su universo material, a la abundancia de lo precario. La realidad es cartón pintado. Marcia, desde su construcción ficcional, nos instala como testigos de la superposición de residuos de la cultura de masas, con una identidad que parece explícita y, sin embargo, es inasible. En esta cuestión (el deseo y la necesidad de agarrar, del tacto) tal vez, radica la voluntad de transición entre pintura y escultura, entre superficie y espacio real, entre la figura y los objetos reales que la enmarcan. Una mirada irónica y corrosiva, que abarca desde el funcionario público de provincias, Secretario de Cultura de El Impenetrable, 2011, hasta los espacios de legitimación del arte, con sus ambiciones y aspiraciones superficiales. Marcia, además, en sus “cajas” discute la eficacia de gestores y críticos desde la confluencia entre dinero y superficialidad, entre deseo de belleza y oportunidad de pertenencia. Lo hace con formidable sorna y potente carcajada desde Preparándose para Arteva, 2011, y La zorra, 2012, hasta Beauty & Art, 2023. No me atosiguéis, 2014, integra la serie El tren fantasma, que desde la impronta biográfica constituye el nexo sensible con el pasado de su generación, con la historia del peronismo y la vida española de esa anciana católica y aislada del mundo que es actualmente Isabelita. Marcia asume compositivamente el basurero de la historia, con la interrogación: ¿cómo fue posible? La materialidad de la obra es unidad firme con su contenido, hasta el punto que es imposible pensar otro modo de lograr esa representación de los sueños y pesadillas argentinos, del preámbulo del horror que es el horror en sí mismo. Un teatro de títeres fantasmal, retablo barroco popular entremezclado con los despliegues de un rito esotérico. Cinco años después de la serie El tren fantasma, en 2019, realizó la instalación Boquita: el origen del mal. La crítica sarcástica al neoliberalismo macrista desde la relación entre lumpenaje y política, adquiere incluso ahora mayor actualidad. Obras de densidad discursiva resueltas con el humor que otorga la certeza de cada objeto en el conjunto, señal de la agudeza de la mirada de la artista. Esta observación detenida de la realidad política que debe ser expresada desde la materialidad de la obra, se reafirma en los tiempos de crisis social, como da cuenta Berniadas de 2001, paneles cartoneros de la poética de lo excluido, de la materialidad de los restos, de lo que estaba ocultado y surge como un imperativo, una exigencia. Marcia no pinta paisajes, representa territorios. La naturaleza es expresión de lo social. Artista de cercanía, de proximidad, se detiene en el cardón, en el cactus, en la grieta de la tierra y en la flor del desierto. Se detiene en la tierra, como si no levantara la mirada a los cielos, como si no hubiera horizonte, tierra de quemazón y cielos negros. Nada de naturaleza idílica, aun con la riqueza de color, aunque de crudeza, brindado por las lanas pigmentadas en los “tapices truchos” de fines de los años noventa. Los marcos de cardón no encierran la representación -del modo tradicional utilizado por José Antonio Terry en la década del treinta en Tilcara- sino que la continúan en el espacio. Las cerámicas testimonian la conexión distinta del artista con el agua y la tierra, otra Marcia. Extensión de su pasión americana en la observación de la naturaleza en sus viajes, en el Delta de Tigre, de la casa en las sierras cordobesas, de las macetas del patio. No es la réplica del naturalista sino la aproximación sensible a la particularidad de cada flor, a los matices; a la necesidad de conservar la belleza, desde la certeza de lo efímero, de la flor como vanitas. Memoria del tiempo de la niñez con su abuela en el jardín de suburbio y de la amistad que perdura más allá de la tristeza.
Roberto Amigo
La muestra se podrá visitar desde el 06 de julio hasta el 14 de septiembre en W galería, Sede Defensa 1369 de martes a sábado de 12 a 18hs.
Exposición colectiva
¿Cuánto pesa el amor?
18/04/2024 – 18/09/2024
CCR | Centro Cultural Recoleta
Junín 1930
Desde el jueves 18 de abril podemos visitar la muestra colectiva «¿Cuánto pesa el amor?», con la curaduría de Daniel Fischer. Podrá visitarse en la sala Cronopios, J y C del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930), dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, con entrada libre y gratuita.
Luego de «Breve historia de la eternidad», realizada en estas mismas salas en 2023, Fischer presenta «¿Cuánto pesa el amor?», una exhibición que se despliega en 1500 metros cuadrados y donde se podrá disfrutar de las obras de más de 60 artistas nacionales e internacionales, de todos los tiempos y en todos los formatos: fotografías, instalaciones, pinturas, esculturas, videos y fragmentos textuales provenientes de la ciencia ficción o que surgen de conceptos filosóficos y comparten tópicos, mitos y relatos sobre el amor.
Los artistas que participan son: Amalia Amoedo, Manuel Ameztoy, Gabriel Baggio, Fabiana Barreda, Fabián Bercic, Antonio Berni, Delia Cancela, Claudia Casarino, Ailí Chen, Cynthia Cohen, Nicola Costantino, Angela Copello, Flavia Da Rin, Petu de Mareca, Claudia del Río, Elisa Estrada, León Ferrari, Mónica Fierro, Yiyú Finke, Ana Gallardo, Daniel García, Nicolás García Uriburu, Edgardo Giménez, Sara Goldman, Carlos Gorriarena, Vicente Grondona, Yuyo Gardiol, Carlos Herrera, Roberto Jacoby, Daniel Joglar, Alexandra Kehayoglou, Fernanda Laguna, Fabiana Larrea, Pablo Lehmann, Marcos López, Matilde Marín, Hernán Marina, Ulises Mazzucca, Paloma Mejía, Adriana Minoliti, Marta Minujín, Margarita Paksa, Alberto Passolini, Teresa Pereda, Débora Pierpaoli, Josefina Robirosa, Jéssica Sandoval, Diana Schufer, Paula Senderowicz, Cindy Sherman, Pablo Suárez, Paola Sferco, Soledad Sánchez Goldar, Mariana Tellería, María Torcello, Paula Toto Blake, Monica Heller, Liliana Porter, Silvia Rivas, Susana Perez, Anatole Saderman, Mónica Van Asperen y Silvia Hauton, entre otros.
Daniel Fischer se pregunta, como lo hiciera Raymond Carver, ¿de qué hablamos cuando hablamos de amor? «¿Cuál es su estatuto? ¿Cuál es esa pulsión que gobierna nuestros cuerpos y sentidos? Llenos de pistas y señales, cuidadosamente seleccionadas, el peso del amor se hace presente en esta muestra de manera ingrávida y a la vez contundente», apunta Fischer.
Y agrega: «La exposición, llena de nostalgia neblinosa y por momentos sombría, actúa como un inframundo límbico, como un borde para el espectador que medita y reflexiona sobre las distintas tecnologías que se ponen de manifiesto, físicas y emocionales, a la hora de pensar en el amor (…). La creación en este recorte de obra es concebida como un portal o ventana mágica que permite adentrarnos y pensar en la mística, en el misterio y en la espiritualidad sostenida con el amor, el dolor y el silencio».
«¿Cuánto pesa el amor?» podrá visitarse en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930) desde el 18 de abril a las 18 h hasta septiembre, de martes a viernes de 13.30 a 22 h y sábados, domingos y feriados de 11.15 a 22 h, con entrada libre y gratuita.
Fuente: https://www.arte-online.net/Agenda/Exposiciones_Muestras