La Historia Oficial del Dulce de Leche

Para los Argentinos es impensable algo dulce, que no tenga Dulce de leche. Es el ingrediente principal de nuestros mejores postres: Los alfajores, el flan con, el arrollado de, la torta de chocolinas con y si una noche te levantas con esa necesidad urgente de comer algo dulce y no hay nada en casa, una cucharada de Dulce de Leche, robada a oscuras en la cocina es todo lo que necesitas para volver a la cama feliz y conciliar el sueño otra vez.

La Historia Oficial del Dulce de Leche

A veces las cosas se complican y «remamos en Dulce de Leche» y si esta muy difícil el tema «remamos en dulce de leche pastelero, bien azucarado y compacto con mucha más consistencia y resistencia

Cuenta la leyenda que que allá por 1820 una tarde de sol en Cañuelas, Provincia de Buenos Aires, la criada de Don Juan Manuel de Rosas estaba preparando la lechada para los mates de la tarde. Dejo la olla de hierro al fuego con leche y azúcar,; escucho ruidos en el patio y fue a ver que pasaba. Se lo encontró al General Lavalle muy cómo tirado en el Catre de Don Juan Manuel durmiendo una siesta. Lo quiso despertar, lo samarreo, le grito, a quien se le ocurría tirarse a dormir la siesta en el catre de su amo sin su autorización. Una locura total. De pronto apareció el Restaurador para ver que pasaba en su patio, saludo muy gentilmente al Lavalle y le pidio unos mates a su criada. La pobre mujer cuando volvió a la cocina encontró que su lechada era una pasta color marrón clarito,…ya no tenía lechada para los mates, lo probó y como tenía buena pinta lo ofreció discretamente, el postre tuvo una espectacular recepción y se convirtió para siempre en un clásico de nuestro país.

Una historia parecida tuvo Napoleón Bonaparte con su cocinero en medio de una batalla; También hay registros que en 1693 se importaban desde Santiago de Chile varios frascos de vidrio que contenían un producto denominado «manjar» con iguales características… En Brasil, en el Departamento de Minas Gerais hay escritos que datan del 1773 de «doce de Leite». El libro La Comida en la historia Argentina, del historiador argentino Daniel Balmaceda, cuenta que el manjar fue creado en Indonesia, en el sudeste asiático, y de allí fue llevado a las Islas Filipinas, alrededor del siglo VI, por lo que los navegantes filipinos del Pacífico lo trajeron a América, ingresando a México y desde allí fue multiplicándose por todo el continente.

Bueno parece que la criada de Don Juan Manuel no fue la única, pero si paso a ser la historia oficial del Dulce de Leche en la Argentina.

Desde 1998, año en el cual se realizó la “Primera Fiesta Argentina del Dulce de Leche”, cada 11 de octubre se conmemora en Argentina el “Día Mundial”, iniciativa que propone rendir homenaje al postre nacional, reconocido como “Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico de la Argentina”. La fecha no es casual, es el día que Lavalle visito a Rosas.

A esta altura del partido, ya a nadie le importa si fue en Cañuelas, en Filipinas o en un campo de batalla en Europa. El Dulce de Leche es icónico de Argentina, Las versiones alotrópicas de «dulce de Cajeta» en México, «Manjar» en Chile, Caramel en Europa o vaya a saber como se dice en Filipinas juegan en las segundas ligas.

Mis tres favoritos: Gándara cuando era pequeña, La Salamandra desde los 90 en adelante, Lapataia o Conaprole si estoy de vacaciones en Uruguay y las últimas muy buenas versiones de Vacalin Premiun y Milkaut para todos los día.

No importa si son panqueques, Volcán de Dulce de Leche, Helado o a cucharadas escondida dentro del armario de la cocina, el Dulce de Leche me pone de muy buen humor, sobre todo si se me acabo el chocolate.

Que tengan una Buena Vida, llena de Dulce de Leche!

Foto: Pinterest

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