Artista Invitada: Victoria Muniagurria

Victoria tiene una larga tradición textil se expresa a traves de la tela, su lenguaje es la forma de vestido con la que nos cubrimos el cuerpo.

Creció en la tienda familiar en Goya, rodeada de generos, con los que jugaba y se envolvía.

Mas tarde vino a Buenos Aires y trabajo por más de 25 años en el mundo de la moda.

Su obra tiene un sesgo de nostalgia y melancolía, de lo que no esta, de su pueblo, de su tierra, de sus paisajes y del destierro de los que añoran el lugar que los vio crecer.

En BADA presentó la serie de Vestir el cuerpo, donde habla de la construccion de uno mismo. Trabaja sobre el maniqui, capas y capas de tela con almidon, en una analogía de como nos construimos todos los días, con nuestros propios recursos.

Su obra es sútil, delicada, femenina pero a su vez robusta, nos remite a lugares idilicos y nos envuelve como entre sueños. No pierdan la oportunidad de comocer más en su web https://www.victoriamuniagurria.com/

Victoria nos cuenta su técnica y cual es el sentido de su obra:

Almidonar….

Cuando empecé a experimentar en mis primeros pasos dentro del arte textil, transite varios caminos de ensayo y error, quería modelar,queria endurecer,quería sostener.

Y hacerlo con algo natural, que no modificara la esencia orgánica y sustentable del algodón, que se convirtió ,desde ese momento, en el objeto de mis narrativas.

En este proceso, recordé a las antiguas planchadoras de mi pueblo, sabias en el antiguo quehacer del lavado y planchado.

Ellas que lograban que los ajuares de novias, de recien nacidos,sabanas,manteles,camisas,quedaran rigidas,crujientes ,impolutas.

Mujeres alquimistas, usaban almidón disuelto en agua y alli sumergian las prendas que luego las secaban al abrazador sol correntino, planchaban y planchaban repitiendo diariamente un ritual totalmente natural y ecologico.

Allí empecé mis ensayos con el almidón, pero queria algo más fuerte y rígido aún, algo con que modelar mis obras y lograr sostener mis estructuras por si mismas.

Agregue más y más almidón, hice mil pruebas
Luego decidí que me gustaba que el proceso sea en caliente, que esa cacerola sobre el fuego, esa cuchara de madera con la que revuelvo y que modelo esa pasta tibia, me traía placenteros recuerdos, de aromáticas cocinas donde los dulces bullian y bullian durante todo el dia y en ese recordar me conectaba con mis matriarcas perdidas.
Allí en ese proceso,me encuentro con ellas, revivo idílicos diálogos y sublimo la aspereza y rigidez de mis perdidas tempranas.

Que tengan Una Buena Vida!

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